
Ni blanco ni negro, ni bueno o malo, tampoco algo que daba alegría ni tristeza, era una sensación rara. Pero al ser rara no me dio miedo sino intriga. Al poco tiempo me di cuenta que esa sensación era a causa tuya, sin querer provocabas algo en mi que nunca nadie había provocado; me afectaba directamente a mi pero no era malo, ni bueno eso siempre supuse hasta el día en que lo hablamos y nos dimos que cuenta que estábamos en la misma situación. Ese día empecé a creer que fantástica sensación!
No hay comentarios:
Publicar un comentario