

Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana y de esa manera
- No. - Me dijo. - Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce
Entonces le pregunté extrañado:
- Y si ya no sabe quién es usted ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
- Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella
Tuve que conternerme las lágrimas mientras salía y pensé:
Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.

- Acabarás besándolo, amándolo
- Entonces retrocedo tres pasos y evito que eso suceda
- No serviría, ya has dado diez adelante
- ¿Hacia donde?
- Hacia el amor.

Yo elegí quererte y todas las consecuencias que eso conllevaba, elegí que tu fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, elegí que tu olor era el que mejor le venía a mis sabanas, yo elegí que me comieras a besos, elegí también tu voz al otro lado del teléfono. Elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras, elegí que no quería otros abrazos, que no quería otras manos agarradas a las mías, que no quería ver por la mañana otra cara que no fuese la tuya, elegí nuestro mes del año y nuestro día del mes, elegí que tu fueras mi locura y mi cordura, elegí llenar el silencio de la noche de nuestra risa. Elegí las idas y venidas, las despedidas, elegí la impotencia, la incertidumbre y tu impredecibilidad, elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a sus palabras, al corte de tu voz. Elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella de lo que algún día fue. Elegí que mi mayor hobbie era verte dormir entre sabanas blancas, elegí no callarme nada, elegí darte todo, elegí hablar de nosotros cuando hablaba de ti, elegí ser fuerte sin la ayuda de ningún tipo de coraza y luchar por un solo motivo, elegí darte todas mis oportunidades, elegí quedarme con tus manías, tus defectos y tus carencias. Elegí perdernos debajo de cualquier edredón, y tu respiración en mi oreja derecha, elegí hacerlo lento, y la pasión a gran escala, elegí estremecerme sola y únicamente con tus caricias, elegí no ponernos límite. Elegí el sabor agridulce de las discursiones que acababan en abrazo, elegí derrumbarme cuando ya no aguantaba más, elegí encontrarte en lugares donde nunca estarías, elegí seguir queriéndote aún cuando ya no estabas. Elegí arriesgar y jugarmelas por vos. Y no me arrepiento de nada.
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