viernes, 26 de noviembre de 2010

Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.






Porque a veces se confunden las cosas, y otras se inventan suspiros.
Porque se mueven las letras de un lado a otro y olvidas el significado.
Porque sabes qué significa pero parece haberse olvidado...
Porque no quieres olvidar aquella inicial...




Ya sean tardes de invierno, de otoño o primavera... Olvidando el verano y todas las cosas que se dijeron, que no es lo mismo decir un adiós que un hasta luego, que nadie te pidió el turno de palabra y asúmelo, admítelo, aunque te interrumpan y sigas sin tener la razón, esa palabra sigue siendo tan tuya como abrir los ojos en medio de la tarde tras esa siesta de 3 horas.

Un te quiero no lo es todo, no, nunca lo es, sea en francés je t'aime o en italiano ti amo... un te quiero no lo es todo... Y en el fondo, lo sabemos ¿Cuántas veces lo has dicho a quien se lo buscó? Responde.. ¿Cuántas a quién nunca lo mereció?... Ni el te quiero sigue las reglas, ni las letras siguen un perfecto orden:

te quiero = te odio
te odio = te quiero
idiota, imbécil... = te quiero

Porque no fue el mismo el que dijo Roma que el que dijo Amor, pero sí el que hizo el amor en Roma...

Porque todos sabemos mentir y como mejor mentimos es con las palabras.

Porque mentir es desordenar las letras de la verdad.

Porque a lo mejor en ingles i love you suena más real. (Y tal vez...Sigue igual)

No hay comentarios:

Publicar un comentario